Ahora

Una de las mayores verdades del mundo es que nada ni nadie puede controlar la sinrazón del paso del tiempo.

¿Quién no ha deseado congelar en un segundo miles de recuerdos, miles de emociones, una imagen o una palabra que sabemos que no se volverá a repetir nunca jamás?

La mayoría, nos encargamos de vivir el día a día o de proyectar un futuro nuevo, mejor y vamos olvidando los momentos para no olvidar…

Bonito es cerrar los ojos, escuchar la melodía de una canción y revivir una sensación, unos minutos que fueron mágicos y que deseabas que nunca acabaran…Es una pena que a los humanos no se nos diseñará para tomar fotografías visuales de los recuerdos que no queremos olvidar por muchos días que pasen, por muchos días en los que no se tenga tiempo ni para mirarse al espejo, o, simplemente, sonreír antes de irte al mundo de los sueños…

Y es que…las cosas pasan cuando menos te lo esperas. Esta es la razón más clara a lo casual, a lo imprevisto, al regalo que te puede conceder la variable tiempo en el sujeto de la vida. Las sorpresas que te depara el destino, los días en que te levantas sin ningún plan y de repente…lo que creías que era imposible que pasara, se convierte en improbable…y todo cambia.

Qué sería de esta vida sin las pequeñas sorpresas que el día a día puede ofrecerte…

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