Dos caras, una solución


Una moneda tiene dos caras: una cara que hace que ganemos y otra que hace que nos sintamos derrotados. Una moneda, como todo en la vida, siempre tiene dos opciones posibles, pero sólo de ti depende cambiar el resultado.

Tenemos el poder de cambiar el significado de las cosas, y sentir diferente a cualquier otra persona: el sonido de la brisa del mar, un pájaro canturreando, la sensación del Sol deslumbrándote en los ojos, el primer pestañeo de una mañana, la sonrisa de un desconocido/a, el admirar el cielo al anochecer, escuchar la canción que te mantiene en contacto con tu mejor amigo/a, el lugar dónde conociste el amor de tu vida, o el dulce que siempre te compraba la abuela los sábados cuando ibas a visitarla.


Todo depende de ti mismo. De cada momento y de las ganas que tengas de verte tal y cómo eres.
Y, ¿por qué no pensar que existe un mundo genial de las cosas? Un mundo donde todo está creado según tú imaginación, como siempre has deseado…imagina que todos los deseos de cumpleaños, los segundos tras ver una estrella fugaz, el soplido a una pestaña separada del grupo, la frase seguida de una carcajada al pisar el excremento de un cuadrúpedo o la frase idiota cuando estrenamos una prenda recién comprada; se juntan para formar un mundo mejor, tú propio mundo.

Quizás sea una locura, una locura más qué menos… qué más da. Qué sería la vida sin locura que nos impulsaran hacia adelante, hacia la luna. 

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