Ser de titanio


Ser de titanio.

La navidad. Época tan querida y odiada a la vez por todos. ¿Por qué? Según el momento.
A veces, deseamos que en mitad de Agosto sea verano porque todo va bien, como la seda. Otras, queremos que no acabe porque lo hemos pasado tan bien que sabemos que la echaremos de menos. Sin embargo, también es época de reflexionar, de pensar, de estar con la familia…

No todo el mundo tiene oportunidad de ello.

Paradójicamente, iba camino de mi cena de Navidad con todos mis compañeros/as de clase. Feliz, conversando, ideando cómo iba a ir la noche o qué clase de alcohol íbamos a beber. Paró el tren. Empezamos a quejarnos de que no se movía, de que íbamos a llegar tarde a nuestras citas. Avisaron por megafonía: “Nos hemos detenido por un arrollamiento en la vía”.

Egoísta, pensé. No es sólo la cita que tú tienes esta noche…es mucho más. La persona que cayó a la vía no tendrá Navidades nunca más, ni planes qué hacer, ni pensar qué beberá…

Los comentarios estúpidos fueron los siguientes: “¿A quién se le ocurre suicidarse en Navidad?” “Anda que suicidarse en esta época…” Pues sí. No todo el mundo saca un resultado positivo a esas reflexiones…
 Dolor. Miedo. Soledad. Y una cadena de sentimientos a gran escala que te llevan el desafiar la gravedad de un puente de acero y caer a las vías de un tren que calculas que te rematará si no mueres con el primer impacto. ¿Sangre fría? No, vuelve a ser dolor, miedo, soledad…

A mí me cambió el rumbo de la noche. Una bombillita que se enciende y te dice: “Afortunada eres de estar como estás”.

Y es que puede pasar de todo o de nada en un segundo. Pasar de más felices de las sonrisas, a la más triste soledad...por eso, y por otras razones que se saben, pero no se dicen...ser de titanio.


Comentarios

Entradas populares